Cuando te miro me siento protegida
como cuando un niño se cae y siempre hay alguien que lo levanta y lo abraza.
Siento que tu mirada me llena más que muchas otras cosas
que he estado intentando encontrar
para poder darle la espalda a la soledad.
Por fin soy yo otra vez, necesitaba que alguien me sacara de la cúpula,
la cúpula en la que no sentía, no hablaba, no reía;
Sólo lloraba por sentirme vacía...
Ahora puedo mirar hacia delante con unos prismáticos de corto alcance
y veo (o quiero ver) que estás ahí,
sacudiendo la mano de un lado a otro como señal de apoyo, diciéndome VEN,
diciéndome que despues de ese corto camino que podemos recorrer
voy a encontrar un abrazo que si pudieras, no se acabaría nunca.
Podemos comprar estanterías, puedo comprarte una lámpara,
podemos comprar nuestra lámpara...
pero lo que no puedo comprar es tu corazón.
Espero saber ganarmelo poquito a poquito
y yo poder darte también un pedacito del mío,
para que aunque después de mucho (mucho)
(mucho) (mucho...) tiempo quede una cicatriz,
sepamos que en el momento brindamos lo mejor de cada una
sin esperar una moneda de cambio;
sabiendo que algún dia, sepamos capaces de mirar hacia atrás,
y ver que ofrecimos ese pedacito con toda nuestra ilusión.
Dios no quiera que te desprendas de él para siempre
aunque quede mal encajado...
Valoraremos que tuvimos el regalo de compartir un instante (eterno) nuestras vidas, las cuales se cruzaron por un motivo
que hoy en día desconocemos, pues nadie sabe lo que queda por delante.
Espero que quede mucho, espero contar con tu apoyo,
espero que le sonrías a la vida, pues te hace falta sonreirle un poquillo más
para que la gente por fin vea que la tienes, vea lo que eres,
para que puedan ver lo que yo veo... y ganarán mucho.
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