Bajo la sombra de un sauce llorón, ayer divagué sobre tu presencia.
Inspiré el aroma del viento y respiré el color azul del cielo,
jugué a cambiar experiencias de sitio y a esconderlas bajo la hierba cubierta de rocío.
Mi sombra recuerda tu olor y lo exhala para que lo capte.
Encuentro tu mirada en lo profundo del mar,
sabiendo que cuando llegue a la orilla va a desaparecer.
Los sentidos tienen falsos testimonios y creen que tu recuerdo aún es real,
impúlsandome a pensamientos ilusos que desaparecen como escarcha bajo el sol...
Todo es poco cuando se trata de imaginar algo que se desea, la mente vuela y no le pones límite.
Uno mismo le da cuantas alas quiere.
Pero siempre sabiendo que, cuando caiga el sol, tenemos que tirar del hilo de la cometa para traerla de vuelta, recogerla, meterla en nuestra mochila de la vida, y seguir caminando con los pies en la tierra.
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