viernes, 17 de septiembre de 2010

Nuestros pensamientos

Ten cuidado con tus pensamientos, se volverán palabras.
Ten cuidado con tus palabras, se volverán actos.
Ten cuidado con tus actos, se volverán costumbres.
Ten cuidado con tus costumbres, formarán tu carácter.
Ten cuidado con tu carácter, será tu destino, será tu vida.

La vida es un jardín.
Te devolverá lo que siembres en ella. Así que elige semillas buenas, riégalas y con seguridad tendrás las flores más hermosas.
Cada acto, palabra, sonrisa o mirada, son una semilla. Procura, entonces, que tu semilla caiga en el surco abierto del corazón de las personas y cuida tu futuro.
Procura además, que sea como el trigo que da pan a los pueblos y no produce espinas y cizaña que dejan estériles las almas.
Muchas veces sembrarás en el dolor, pero esa siembra traerá frutos de gozo.
A menudo sembrarás llorando, pero, ¿quién sabe si tu simiente no necesita el riego de tus lágrimas para que germine? No tomes las tormentas como castigos. Piensa que los vientos fuertes harán que tus raíces se hagan más profundas, para que resistas mejor lo que habrá de venir.
Y cuando tus hojas caigan, no te lamentes; será tu propio abono, reverdecerás y tendrás flores nuevas.
Cada acto, cada palabra, cada sonrisa, cada mirada es una semilla.
Procura hacer siempre “una siembra del amor”.
Somos el producto de lo que pensamos y sentimos. Por lo tanto, mucho de lo que nos sucede en nuestra vida cotidiana, está influenciado por nuestra propia fuerza interior.
El antídoto contra la “mala suerte” está en cada persona, en su forma de ser y de vivir, en la manera como canaliza las energías que están dentro de sí mismo.
Y sobre todo, en la forma como transmitimos esa energía a las personas que están cerca de nosotros.
Disfruta de la vida, hazla disfrutar a quienes te quieren.
Vive el día de hoy y olvida el pasado.
El desnudo del alma es le mejor desnudo