miércoles, 30 de julio de 2008

Caricias

He conseguido que en un ratito los besos de ayer se claven por fín en tu piel.
Los cojía con delicadeza para mientras, saber que al cojerlos iba depositando una parte de mí en cada uno de ellos. Los trataba suavemente para que cuando ya llegaran a tí, fueran repletos de emoción.
Cuando me iba acercando a tí, abría la mano lentamamente, manteniendo el beso en el aire y poco a poco hacía que esa distancia entre tú y yo disminuyera, hasta llegar a tocarte... Me aseguraba de que el beso se te quedara pegado a la piel, haciendo una presión hacia a tí acompañada de una pizca de pasión y de un ligero pellizco.
Me daba igual donde cayera ese beso, sólo sabía que quería que te perteneciera en ese instante. No quería que sólo tuvieras uno en tus labios...
Mis manos no podían parar de agarrarte por la cintura para acercarte a mí, te acariciaban suavemente la barriga con carreteras inocentes que dibujaban mis dedos, yendo de un lado para otro, lo deseaban recorrer todo... No me conformaba con sólo una porción de tu piel.
Subían desde tu cintura hasta tus costillas, y volvían a bajar... te acariciaban el ombligo como si en éste tuvieras un laberinto, y cuando llegaba al fin, volvía a empezar... te cojía por el cuello para que no te fueras, te apartaba el pelo de la cara con un gesto sensible y seguía con su suavidad entre mis manos hasta que me abandonara... deslizaba mi mano hasta tu pecho como quién no quiere la cosa, dando rodeos para que no pareciera tan violento pero para que, cada vez que me acercaba, aumentara el ritmo de la respiración...
Hubo un momento que dejé de besarte... no porque quisiera, sino porque deseaba concentrarme sólamente en tu piel, y que en ese silencio, poder oir tu respiración para saber si mis ingenuo deseo iba por buen camino...
O para saber si querías que se perdiera...

No hay comentarios: